
Está muy cercano el décimo aniversario de la desaparición de Richey James cuando, por fin, escribo estas líneas sobre el último álbum de un grupo que para mí no es uno de tantos.
Lifeblood no es
The Holy Bible, ni siquiera es
Everything must go, pero los Manics siguen siendo el grupo que es diferente de la masa. Por mí, olvidaría "Glasnost" y "The Love of Richard Nixon", pero "Empty Souls", "I Live to Fall Asleep", "To Repel Ghosts" y "Cardiff Afterlife" valen el esfuerzo. Sigo queriéndoos. La
web oficial y ese pedazo de
foro siguen ahí para los fieles.
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